Valerie, contadora de profesión, es madre soltera de tres hijos adultos y abuela de “una hermosa niña de cinco años”.
Comenzó a hacer dashes para complementar sus ingresos.
"Hacer dashes me ha ayudado a mantener a mi familia y a tomarme unas minivacaciones. El dinero que gano como Dasher me permite comprar víveres o regalos para las festividades. Me encanta poder elegir mi propio horario, trabajar todo lo que quiera e interactuar con la gente".
Pero años antes de que nos contara su historia, cuando Valerie apenas acababa de empezar a hacer dashes, le preocupaba no saber si le gustaría. "Pensé que sería más difícil y confuso, pero la aplicación lo hizo fácil", explica. Hoy, comparte los consejos y la experiencia que le hubiera gustado recibir.
“Ojalá alguien me hubiera dicho que no me frustre cuando suceden pequeños inconvenientes... Recuerda cómo te gustaría que te trataran y trata a todos de esa manera ... [Y] sobre todo, nunca te rindas en los días difíciles donde parece que nada va bien".
De las 4,000 entregas que ha hecho, sobresale una en particular. Valerie estaba entregando una pizza y, mientras se acercaba a la casa, un niño apareció en la puerta llorando y comenzó a hablar con ella.
"El pequeño abrió la puerta con su madre y me dijo mientras lloraba: 'gracias por traer mi pizza. Vamos a hablar por FaceTime con mis abuelos, ya que no podemos verlos en el restaurante como hacíamos cada fin de semana. Estoy muy feliz de que sigas trabajando y que puedas traerme mi comida favorita'".
Valerie dice que sigue haciendo dashes porque le encanta la interacción con los clientes y con el personal de los restaurantes.
"Uno nunca sabe cuál es la historia de la otra persona y por qué ordena comida a domicilio", dice.